lunes, 15 de septiembre de 2014

Con la A de Azafata





Hace algo más de un año, El País Semanal, publicaba un amplio artículo acerca del mundo de las azafatas de congresos y eventos.  
Desde entonces, tengo el ejemplar guardado con un ‘post-it’ que marca la página donde se encuentra. Me gusta releerlo de vez en cuando, tanto que no os engaño, si digo que en más de una ocasión he tenido la sutil tentación de enmarcarlo.

Y es que por fin, un reconocido medio nacional incluía en su semanario un reportaje bien ilustrado y redactado, de vocabulario elocuente, que permitía al lector conocer la profesión más allá del perfil y de la percepción generalizada de una simple figura ornamental.


Desde hace dos décadas, punto de inflexión del sector, es más que habitual la presencia y visibilidad de las azafatas. Estas son las encargadas de la atención y coordinación de un congreso, de asistir e informar a los invitados en multiplicidad de eventos, de ocuparse de los visitantes al stand de una feria internacional, del refuerzo al gabinete de protocolo en un acto institucional,  de promocionar e incentivar la venta de una marca en un centro comercial y sí, de ofrecer la mejor de sus sonrisas en el podium de una carrera ciclista o en la parrilla de salida de un gran premio de motociclismo. 

Tal y como señaló la periodista “algo así como los secundarios de una película en la que los protagonistas son otros,  pero que sería menos productiva y vistosa sin su presencia”.


Un papel secundario pero de una importancia operativa vital, ya que el evento o acción en el que participan, actúa como canal de la estrategia de marketing y comunicación que la marca o institución representada quiere difundir.  De esta manera, las azafatas se convierten en el eslabón final. Sonrisas amables pero resolutivas, encargadas de gestionar correctamente las diferentes pautas marcadas durante el desarrollo del evento, congreso o promoción. 

Resulta así, un destacable valor añadido para un entorno cuyo propósito principal va a ser potenciar la notoriedad y prestigio de cada marca, despertando la atención de su público y transmitiendo una identidad propia, donde en ocasiones, la diferenciación actúa com ‘as’ para la excelencia y la creación de imagen
Seamos diferentes.